RESUMEN
Dada la importancia en la salud y en la economía de la pandemia y el confinamiento por el covid 19, resulta más que necesario compartir la experiencia de un grupo de psicólogos que trabajó arduamente en la elaboración y puesta en práctica de un programa de atención psicoemocional.
Palabras clave: pandemia, confinamiento, programa, atención psicoemocional
ABSTRACT
Given the importance in health and in the economy of the pandemic and the confinement by covid 19, it is more than necessary to share the experience of a group of psychologists who worked hard in the elaboration and implementation of a psycho-emotional care program.
Key words; pandemic, confinement, program, psychoemotional care
INICIOS
Detrás de la brigada de atención psicoemocional COVID- 19 estuvo el esfuerzo, la visión y la estrategia de los directivos de PSFM.
Ellos se reunieron una tarde a finales de enero del 2020, gracias a las ventajas de la tecnología se tenían las primicias, en torno al inicio de la epidemia. Se comenzó a tener noticas de esta enfermedad a través de las noticias en diversas partes del mundo, lo cual nos dio un paso de ventaja como profesionales de la salud al conocer las respuestas de las personas europeas y asiáticas. Empezaron a brotar los estragos que ocasionaría este virus; esa tarde, la tertulia duró hasta muy entrada la noche, pero no fue tiempo perdido, porque ahí nació la semilla de toda una gran estructura logística, operativa y laboral.
En Europa estaban en una fase donde no podían salir de sus casas, el número de decesos estaba en aumento, aquí en México, apenas se vislumbraba un posible caso, pero sabíamos hacia donde las circunstancias nos llevarían, la gente empezaría a contagiarse, los hospitales estarían trabajando en demasía, los comercios, centros de entretenimiento, tiendas departamentales cerrarían sus puertas, y la gente empezaría a perder parte de su cotidianidad, sus rutinas y manera de vivir daría un giro vertiginoso, el empleo, la educación, el entretenimiento, la forma de ejercitarse, la economía y por supuesto la salud se verían seriamente afectadas, surgiendo con todos estos antecedentes respuestas tanto físicas y emocionales nocivas, que lejos de ayudar, incrementarían el deterioro de la salud ocasionado por el contagio. La gran mayoría de las reacciones psicológicas no serían positivas, lo sabíamos gracias a la información que venía de otros continentes como Europa y Asia, donde su situación nos anunciaba el futuro.
IMPACTOS Y AFRONTAMIENTOS
Entonces, nuestro subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López Gatell, establecería un dispositivo de distanciamiento social, de resguardarse, de estar más seguros en casa; Las personas al estar en sus casas, no tendrían como acudir a lugares de ayuda psicológica y mucho menos podríamos ir a sus casas para poder contenerlos como se había hecho en otras situaciones de emergencia y catástrofes anteriores. Psicólogos sin fronteras México tendría que actuar de acuerdo a sus objetivos y valores de ejercer la profesión de manera rápida, eficaz y de apoyo a nuestros semejantes, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad, categoría en la que en tiempos de pandemia entramos todos.
En aquel momento no podíamos quedarnos con los brazos cruzados, conociendo de antemano la gran diversidad de trastornos psicológicos, que aparecerían tanto en las personas directamente afectadas, como en los familiares e intervinientes en este caso, todo personal médico. Sabíamos que nuestra dinámica familiar, escolar y laboral sufriría un cambio brusco que tendríamos que enfrentar, empezar a aceptar la realidad no iba a ser fácil, hacer ajustes a nuestra rutina, comunicación, trabajo, economía, religión, las formas de celebrar cumpleaños, graduaciones, fechas conmemorativas y hasta nuestros rituales en torno a la muerte de personas cercanas, ahora serian diferentes. El impacto emocional traería repuestas y comportamientos de ansiedad, depresión rechazo, discriminación, miedo, claustrofobia, negación, crisis de pánico, violencia familiar, desinformación, enojo, insomnio, llanto y estrés entre otras.
CONTRIBUIR
¿Cómo ayudar a hombres y mujeres a tolerar todo esto?, ¿Cómo ayudar a los demás a aceptar, a reconstruir alternativas para su resiliencia en esta situación? ¿Cómo ayudar a estar mejor emocionalmente?
PSFM se unió con otra organización llamada Intervención en Crisis, con su colaboración se elaboraron varias estrategias la inicial fue mandar convocatorias a profesionistas de la salud que desearan apoyar, al principio se tuvo una participación de casi 500 personas tituladas. Se pusieron diversos filtros, primordialmente era obligatorio contar con cédula profesional, el segundo filtro fue una capacitación y entrenamiento, con el fin de homologar sus miradas y objetivos.
La capacitación se dividió en módulos que consistieron básicamente en información, prevención y protección durante el brote del COVID-19,situación de la pandemia y sus efectos, zona de triage, conceptos de intervención en emergencias, primeros auxilios psicológicos, la intervención telefónica, estrés, afrontamiento, el modelo de terapia multimodal, modelo cognitivo conductual, terapia de aceptación y compromiso ,mindfulness, técnicas de relajación, todo un plan de intervención desde la preparación, la presentación, la intervención, generación de alternativas y cierre (protocolo de intervención en crisis), sin olvidar todas las medidas de autocuidado.
Todo lo anterior, plasmado en un manual de intervención en crisis, modelos y técnicas (Alvarez, Adrade, Vieyra, Esquivias, Mertlin, Neria y Bezanilla, 2020; Alarado y Carrizosa, 2014; Alvarez y Vieyra, 2019; Andade, 2010; APA, 2014; Arumir, 2014; Hayes, Strosahl, Wilson, 1999).
Posteriormente, se formó una comisión logística de atención telefónica, comp.uesta por personas 28, (al final éramos menos, debido a que teníamos algunos operadores tenían más de 2 turnos, inclusive hubo quien tuvo 6 turnos) repartidos en 4 turnos diarios de 3 horas cada uno (de 8 a 11, de 11 a 14, de 14 a 17 y de 17 a 20 horas), durante los 7 días de la semana.
Se estableció que los responsables de turno, verificaran la disponibilidad de los operadores, corroborar que los operadores llenaran el formulario con los datos sociodemográficos, identificar los síntomas de estrés y motivar al autocuidado en los operadores y verificar que se cumplieran con los protocolos de intervención.
Cada responsable de turno tendría la posibilidad de hacer un grupo de whats app, desde donde se les proporcionaba: una guía para el interventor, un directorio de hospitales, de hospitales COVID, de alcaldías, centros de apoyo, comedores comunitarios, centros de ayuda contra la violencia y un manual de autocuidado.
Nos correspondía estar al pendiente de los brigadistas que por alguna causa personal no pudieran estar ese día, esto para darlo a conocer al conmutador y no les pasaran llamadas.
El comité de los responsables de turno se reunía 3 veces a la semana, para ir aclarando objetivos, formar la estructura: brigadistas, responsables de logística y sobre todo se procuró la creación de publicidad para que la gente supiera de nuestra existencia.
Lejos de ser un trabajo agotador fue placentero, la mayoría de las personas no nos conocíamos, proveníamos de diferentes escuelas, diferentes enfoques terapéuticos, cada uno con trabajos distintos, pero todos tuvimos un objetivo muy claro: apoyar a cuantas personas lo necesitaran, algunas solo querían informes, contención, otras solo alguien que las escuchara porque estaban solas, otras con problemas de violencia, problemas económicos, legales y funerales.
Detrás de una llamada estábamos todos los demás miembros del equipo operativo, cada operador tenía un formulario para llenar por cada atención, en este se registraba la edad, género, nombre si es que lo deseaba decir la persona, localidad, grado académico y motivo de la llamada. Datos que registrarían la cantidad de atenciones, horarios con más demanda, los géneros y edades que demandaran mayor ayuda etc., Con el fin que estas referencias nos permitan estructurar metodológicamente un mejor método de trabajo ante futuras replicas pandémicas.
Al inicio de cada turno, era necesario mencionar al conmutador, los nombres de los brigadistas que apoyarían y cuáles no, cabe mencionar que esta maniobra fue la más fácil, la difícil fue con el primer conmutador, donde en cada turno nuevo el responsable de turno asignaba una línea telefónica a cada uno de sus brigadistas con terminación del 1 al 10, no sin antes estar de acuerdo con el responsable anterior por si alguna línea aún seguía ocupada.
Este primer conmutador no duró mucho en su aplicación, ya que era de origen español y las llamadas tardaban muchísimo en enrutarse, no se escuchaba muy bien la señal, se cortaba la comunicación, o la calidad era muy baja. Este problema se logró solucionar con la búsqueda y ayuda de muchos, se encontró otro proveedor, la persona que colocó el dispositivo, además de ser colega fue un conocido de un miembro de la mesa directiva, por lo que nos dio descuentos, consideraciones e instrucciones de uso.
Además del conmutador, se tuvieron otros gastos como pagar la plataforma de zoom, para obtener más tiempo del que ofrece gratuitamente por 40 minutos, por lo que se solventó esta aplicación de videoconferencias, para nuestras reuniones con la mesa directiva compuesta por: Dr. José Antonio Vírseda; Dr. José Manuel Bezanilla, Dra. Patricia Bonilla; Dr. Jorge Álvarez, Dra. Consuelo Hilario. Lic. Zaribel Orozco, Mtra. Marigena Viveros, Psic. Sandra Gutiérrez y Mtra. Liliana Esquivel. La dirección de todo el proyecto complejo estuvo a cargo de J.M. Bezanilla y de J. Alvarez apoyado por la mesa directiva de Psicólogos sin Fronteras en la parte de las decisiones y contribuyendo también con la parte económica del conmuador virtual y del zoom. Una parte relevante estuvo a cargo del Psicólogos Sin Fronteras Valle de Toluca. En la parte operativa contribuyeron mucho y con calidad los miembros del Centro de Intervención en Crisis.
También se utilizó con el equipo de operación de la brigada: Dr. José Manuel Bezanilla, Psic. Angelina Romero, Mtra. Alejandra Montoya, Lic. Carolina Andrade, Mtra. Dulce Sánchez, Lic. Gabriel García. Mtra. Hilda Esquivel, Lic. Ingrid Cabrera, Dr. José Antonio Vírseda. Mtro. Jorge Álvarez, Lic. Lía Guerrero, Lic. Luis G. Gómez, Lic. Roberto López, Mtra. Marigena Viveros, Lic. Marcos Verdejo. Psic. Sandra Gutiérrez, Lic. Viridiana Vieyra, y Mtra. Liliana Esquivel.
Las reuniones se hicieron cada tercer día durante 1 hora y media para compartir, problemáticas, avances, reportes y experiencias.
También la usamos para tener una deliberación al término de cada turno, donde se mencionaban la cantidad de llamadas, la información requerida, tipos de técnicas y modelo de intervención utilizado.
Cada operador además de ello tendría como posibilidad, dado que era participación voluntaria, un supervisor clínico para ventilar sus casos. Se hicieron 7 turnos de supervisión clínica, 4 en la mañana y 3 en la tarde, los martes, jueves, sábados y domingos. Cabe señalar que fueron supervisores clínicos reconocidos y con gran prestigio como: Dra. Fayne Esquivel; Dra. Alicia Migori; Dra. Margarita Molina; Dra. Silvia Sigales; Dra. Consuelo Hilario; Mtra. Irma Alcaraz y Mtra. Hilda Esquivel. Los encargados de las gestiones de la supervisión fueron la dra. Patricia Bonilla y el Dr. José A. Vírseda.
Inclusive se hizo otro grupo de supervisión clínica grupal, para brigadistas psicólogos de El Salvador. Supervisado por Dra. Patricia Bonilla y Dr. José Antonio Vírseda
Cada Supervisor escuchaba, dirigía, enseñaba y hasta nos contenía. No obstante, cada una tenía su estilo y enfoque terapéutico, siempre estuvieron en la mejor disposición, además de su experiencia y sabiduría, la mayoría nos obsequió material en línea, o nos daban las referencias para con ello estar mejor preparadas para las circunstancias.
Al escuchar a los demás colegas, como me dirigía yo hacia los brigadistas, ya que eran personas que mínimo tenían una licenciatura, inclusive en alguno de mis turnos hasta dos doctorados. Al conocer un poco de ellas, me enteraba que estaban apoyando al tiempo que estudiaban cursos en línea, trabajaban por línea, tenían vidas provechosas, inclusive mencionaban que el tiempo que aguardaban para sus llamadas lo ocupaban estudiando el manual, me queda claro que eran personas valiosas, por lo que era realmente extraordinario convivir con ese tipo de personas, eran ese tipo de personas que me subían la autoestima por el simple hecho de estar rodeada de personalidades tipo A. Tuvimos oportunidad de celebrar con ellos el día del psicólogo fue una experiencia muy enriquecedora escuchar de ellos que la brigada lejos de quitarles el tiempo, les dio motivos para estudiar y aprovechar mejor su tiempo.
Pero no todo fue miel para mí, la semana del 24 al 31 de mayo, fue realmente estresante, debido a que en anteriores semanas ya se había hecho otra convocatoria para otra brigada, otro curso, todo el procedimiento se volvió a repetir inclusive con mucho más profesionistas esta vez, entonces llego el momento que eran 20 0 21 brigadistas en un turno donde a veces solo era una llamada, visto desde afuera era completamente “normal” que se redujeran los brigadistas y por tanto serían los de la primera brigada.
Por mi parte se hice un cartel muy bonito agradeciéndoles su participación, donde les mencionaba como siempre que ellos eran los héroes, les compré un pastel de despedida virtual, y les pedí que mencionaran lo que habían aprendido en la brigada tanto personal como profesionalmente, ellos lo tomaron con un poco de nostalgia, pero al final les dieron a sus compañeros muchos tips para su atención psicoemocional.
Resumiendo, desde la parte teórica se procuró la participación de los brigadistas en un curso de formación en intervención en crisis. Se posibilitó la posibilidad de asistir a supervisión. De modo que la formación y la supervisión eran los pilares de la práctica de los brigadistas. El autocuidado era en principio el eje de las intervenciones.
Desde la parte operativa los responsables de turno asistían a los brigadistas en el cumplimiento del protocolo de operación, en el mantenimiento de la motivación, en el esclarecimiento de dudas y en detección de señales que indicaran cansancio.
El paso de una brigada a la otra a veces coincidía en algunos miembros de las dos brigadas y se notaba una sensibilidad grande en los de la primera ronda para incentivar y ayudar a los nuevos, que agradecían con entusiasmo esta deferencia. Independientemente del trabajo solidario las relaciones interpersonales dentro de cada grupo y con los encargados era muy cordial.
La transición de la primera brigada a la segunda tuvo algunas inquietudes pues a los brigadistas les costaba trabajo el separarse del trabajo realizado, con el que se habían identificado. Algunos creían que no se les tomaba en cuenta o que se les despedía sin consideración, de forma brusca. Muchos querían volver. Otros entendían el cambio para evitar el cansancio y el desgaste.
Fue un privilegio convivir y coincidir en el camino de ellos, si en algún momento dude de hacer lo que estaba haciendo, cuando los conocí me sentí como Juan salvador Gaviota, era una Gaviota diferente de las demás, y a veces sentía no pertenecer por volar diferente, hasta que un día voló más alto y cuando vuela más alto pensando que nadie estará tan loco como él, se da cuenta que había miles de gaviotas que también volaban como él. Sé que hay otros cielos profesionalmente, espiritualmente y seguiré trabajando para algún día alcanzar a visualizarlos (Bach, 1970).
Referencias
Álvarez M., J., Andrade P., C., Vieyra R., V., Esquivias Z. H., Merlín G., I., Neria M., R. y Bezanilla Sánchez-Hidalgo, J. M. (2020) Manual operativo del Curso Emergente para la Brigada de Atención Psicoemocional y Psicosocial a distancia durante la pandemia de la COVID- 19 en México. Ciudad de México: autor.
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Envío a dictamen: 20 de mayo del 2020
Aceptación: 5 de junio del 2020
Autora
Liliana Esquivel Landa
Maestría en terapia cognitivo conductual en el Instituto Mexicano de Psicoterapia Cognitivo-Conductual. Licenciatura en Psicología Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios superiores Iztacala 2007. Diplomado en psicoterapia de juego. Diplomado en tanatología con enfoque humanista.
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